óvenes que se conocieron trabajando en una importante empresa de Avellaneda terminaron presos por un brutal asalto en Calchaquí, estilo «entradera».

Germán Beckley y Santiago Ayala fueron imputados este viernes 31 de julio de 2020 por el delito de robo calificado por lesiones graves en perjuicio de Nelva, 77; y Abel César Campos, 78. La peor consecuencia fue para Nelva, quien sufrió lesiones graves por fractura en un brazo; y un dato aberrante: la dejaron atada con el brazo quebrado!.

El reconocido matrimonio de la ciudad de Calchaquí, donde Campos está ligado a la actividad ganadera empresarial y su esposa ex farmacéutica, sufrió el asalto en la tarde del miércoles 29 de julio de 2020. Treinta y cinco minutos después fueron detenidos Beckley y Ayala cuando regresaban hacia Reconquista por Ruta Nacional 11.

Les secuestraron $1.200.000.-, un revólver calibre 22 con el cargador completo con balas huecas; el celular de una de sus víctimas (Nelva), los sobres en los que Campos tenía guardado el dinero en la caja de seguridad con el nombre de su esposa; los buzos con capucha que utilizaron para el asalto y luego se los habían quitado para regresar a Reconquista; y la camioneta utilizada en la comisión del delito: una Fiat Toro color blanca, que conducía Beckley, quien no lo tenía transferido a su nombre, figura un tal Marcón.

Beckley y Ayala fueron imputados este viernes por el fiscal Gustavo Latorre, y el juez Martín Gauna Chapero declaró legal la detención, abrió la investigación penal preparatoria, y dispuso prisión preventiva para ambos -en principio- por 60 días, tal como acordó el fiscal con el defensor de los imputados, Dr. Gabriel Baucero.

Si bien el fiscal ya tiene aseguradas varias pruebas y contundentes, como los elementos secuestrados en poder de los imputados; falta dar con una tercera persona que estiman también participó del hecho. Creen que es «el entregador«, quien brindó la información que en esa casa podría haber mucho dinero. El botín fue mayor a lo secuestrado. Creen que lo que falta se lo quedó ese tercer partícipe.

Si bien llevaron mucho, tal vez pensaron que podría haber una mayor fortuna, porque Campos tenía aprobado un crédito por 30 millones de pesos.

Cómo fue el asalto

Fue en la vivienda que el matrimonio tiene en el centro de la ciudad de Calchaquí, sobre calle Sargento Cabral casi Bulevar Belgrano.

Cuando Nelva ingresó a su casa, aprovecharon los asaltantes para meterse detrás de ella y la controlaron rápidamente hasta dejarla atada contra una silla, ocasión en que le fracturaron un brazo. «En el forcejeo cayó de la silla en que la tenían atada«, explicaron a , añadiendo que «Doña Nelva no se lo atribuye a una acción buscada por los delincuentes, sino a su intento de zafarse». De todas maneras al ocurrir en ocasión del robo, para el fiscal es un agravante que debe ser cargado a los causantes.

Aberrante: Dejaron atada a la silla a una mujer de 77 años con el brazo fracturado.

También sorprendieron a Don Abel en otro ambiente de la casa. En la pieza lo obligaron a que abra la caja de seguridad y ponga todo el dinero en un bolso. Guardaba varios fajos de billetes de $1.000.- y de $500.- adentro de sobres que algunos tenían el nombre de su mujer: Nelva, otra de las pruebas encontradas en la camioneta cuando fueron detenidos.

Los asaltantes no les apuntaron nunca con el arma de fuego, solo era visible; y de hecho que al ser detenidos se la secuestraron con el cargador completo de balas ahuecadas, las que usan los hampones para asegurar la muerte. Curiosamente el fiscal no les imputó el agravante del robo por haber sido cometido con arma de fuego. El único agravante que aplicó es la lesión grave en una de las víctimas.

Luego de hacerse del dinero; también ataron a Don Abel contra una silla, pero a él lo dejaron mal atado, tanto que apenas salieron de la pieza los asaltantes pudo zafar y alcanzó a ver que los delincuentes se marcharon en una camioneta Fiat Toro blanca, lo que urgente reportó a la policía, igual que las características de los asaltantes, entre otras descripciones, «un gordo y un flaco«. Solo habían llevado el teléfono de Doña Nelva (otra prueba secuestrada. Incluso ese teléfono tenía su nombre porque lo había llevado al service).

Alertada la policía organizó un operativo cerrojo que logró detener la marcha de la camioneta tan buscada a las 18:35 horas del mismo miércoles 29 de julio, sobre Ruta Nacional 11, intersección con Ruta Nacional 98. Conducía Beckley, a quien le ordenaron que estacione al costado, donde buscaron testigos para la requisa que permitió encontrar las pruebas y una explicación.

¿Por qué si a las 18:05 salieron de la ciudad de Calchaquí, recién a las 18:35 pasaban por Rutas 11 y 98?. Porque en el camino pararon para ocultar las evidencias. Se cambiaron la ropa pero no la descartaron: llevaban los buzos con capuchas y las gorras que usaron para entrar al asalto, además de los barbijos que cubrían sus caras.

Al dinero lo habían sacado de los sobres y lo pusieron en un compartimiento que tiene esa camioneta debajo del asiento del acompañante. Allí estaba el $1.200.000.- en fajos de $1.000.- y $500.-. Los sobres estaban en la parte de atrás, otra prueba contundente, incluso algunos con el nombre de «Nelva».

Otro dato es que el revólver secuestrado a los imputados «no está registrado».

Una apostilla : Cuando la policía lo hizo estacionar la camioneta en la banquina, Beckley se presentó con un agregado: avisó quién era su Papá, Alfredo Beckley, un antiguo empleado de los tribunales de Vera, más precisamente en la Cámara Penal de Apelaciones. También contó que trabaja en el Hospital Reconquista y en la audiencia oral y pública de este viernes al mediodía contó que además tiene otro trabajo particular.

Ayala dijo que es empleado en una ladrillería de la ciudad de Avellaneda. Luego se determinó que trabaja actualmente allí, en una de las ladrillerías más grandes del país: Scarpíndonde antes también fue empleado Beckley, allí se conocieron y mantenían la relación que los llevó a cometer juntos este asalto. Beckley antes trabajó en dos reconocidas empresas del rubro artículos del hogar que tienen sucursales en Reconquista.

El delito que tipificó el fiscal es robo calificado por lesiones graves, Art. 166 inc. 1, del Código Penal Argentino, que prevé pena mínima de 5 años de prisión y un máximo de 15.

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